Este cuadro nos presenta a Chaw Ngenechen, creador de la vida y la tierra quien, cuenta la leyenda, creó a Lituche (en mapudungun “hombre del comienzo) y a Domo (mujer) para que lo acompañara. Sus hijos, el pueblo mapuche, se multiplicaron y aprendieron a cuidar y trabajar el Pewén, respetando y cuidando sus tradiciones.
Aparecen en escena Trentren y Caicai, criaturas mitológicas del pueblo mapuche que representan, en forma de serpiente, el poder sobre la tierra y sus volcanes y el mar y sus criaturas respectivamente. Inician simbolizando la equidad y el equilibrio, para luego dar comienzo a una ardua batalla, la que luego de un cataclismo dio paso a la geografía de la tierra.
Con la “Danza de Faenas” vemos, a través de una suite de baile, como las mujeres realizan las labores de la siembra del grano y de hilar la lana. Le siguen en escena los “Cazadores”, danza de varones que integra el uso de hachas, boleadoras y lanzas en cacería.
Finaliza este cuadro con la ceremonia de sanación “Machitún”, propia de la machi, seguida de un “Nguillatun”, rogativa religiosa y espiritual de agradecimiento.